miércoles, 20 de agosto de 2008

In memoriam

A Elena del Rivero, artista de origen valenciano afincada en Nueva York, la historia le entró por las ventanas. Literalmente. Tenía su estudio frente a las Torres Gemelas. El 11-S, cuando los rascacielos cayeron formando una nube gigante de polvo y cascotes, más de tres mil papeles procedentes de las torres entraron por las 18 ventanas de Del Rivero. Eran documentos administrativos, targetas de visita, cheques y hasta menús de restaurantes. Durante cinco años restauró estas reliquias de los atentados y las prendió de cinco largas tiras de seda. El resultado es una enorme cortina que se expone en la Corcoran Gallery de Washington. La obra tiene una connotación de duelo, y al mismo tiempo de curación: la idea de reparar, de reciclar y curar a través del arte contemporáneo.

Este post lo preparé ayer antes de saber del accidente aéreo de Madrid. El destino a veces es un jugador perverso. Lo peor es que siempre juega con nuestras vidas de manera arbitraria e innecesariamente cruel.

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