jueves, 17 de junio de 2010

Graffitti de confetti

Descubrí las andanzas de ElTono gracias al Sr. Átomos. En aquellos tiempos y aunque nos conocimos en Barcelona todavía vivía en Madrid, así que me conocía bastante bien los horarios del ave (bueno, entonces no había ave pero no recuerdo el nombre de su antecesor). La obra de este artista es singular y me pareció que le daba una vuelta de tuerca bastante valiente al graffitti. En realidad eran obras simétricas utilizando los quicios de puertas, garajes o ventanas, que perfectamente podrían haber estado en una galería del stablishement.

No me consta que ElTono haya pasado por Barcelona, y la verdad es que le perdí la pista hasta hoy, que me ha vuelto a sorprender realizando graffitis de... ¡confetti!. A dios pongo por testigo que esta acción la haremos en casa la familia Átomos al completo. Fíjate porque es muy simple: 1) se pone cinta de doble cara en la pared realizando el dibujo o las letras que prefieras 2) te surtes del confetti suficiente como para rellenarlas 3) haces una guerra de confetti contra la pared 4) Et Voilà! El confetti se engancha en la cinta de doble cara y aparece el dibujo. La idea es genial.

ElTono hizo tres acciones basados en la misma idea: las fotos anteriores pertenecen a la serie en la que el artista te surtía de una bolsita con todo dentro para que hicieras tu propio graffiti, y el collage de abajo es el de la acción que llevó a cabo en la galería Cripta747 de Turín. Por otra parte también sacó el confetti a la calle como si se tratara de un graffiti más.

Si quieres indagar algo más sobre este proyecto, pincha aquí.













martes, 15 de junio de 2010

El poder del anillo

Tengo una amiga que adora los anillos, tiene una colección fascinante de cientos de ellos; elegantes, extremados, coloridos, mates y brillantes, anchos y estrechos, con formas y uniformes. Siempre lleva alguno con el que nos sorprende y la verdad es que forman parte de su estilismo, en la misma jerarquía que los zapatos o el bolso. Mayte es más Mayte que nunca con un anillo puesto, y su regalo para mi último cumpleaños fue un anillo doble (madera/plata) de Armani precioso.

A mí también me encantan los avalorios: pulseras, anillos, collares, horquillas, broches... sólo que nunca encuentro el momento de ponérmelos y mucho menos de combinarlos, a lo sumo un anillo (con el que me regaló Mayte, triunfo) o algún collar. En realidad creo que lo que me gusta es mirarlos en mi cajón de las maravillas, donde guardo desde el anillo que un primer novio de adolescencia me hizo con un alambre hasta el broche de hilo de oro que me compré en una tiendecita vintage de Móntreal. Me gusta mirar mis cachivaches joyísticos, casi todos con más valor sentimental que otra cosa, como una entomóloga observa su colección de mariposas.


Y es muy probable que esta joyita de Jeremy May hecho con cientos de hojas de libros laminadas y barnizadas fuera uno de mis favoritos. La historia está literalmente escrita en el anillo. Aunque no sé si estoy tan deacuerdo con el hecho de que se utilicen joyas de la literatura universal, por el mismo precio se podrían hacer con libros o revistas de escaso valor, no?


Lo ví en la galaxia Monkeizen





















V de viper

Átomos Jr. no nos pide nunca nada. Quiero decir que no es un niño al que le tengas que comprar algo cada vez que pisa la calle, llámese juguete, gominola, ganchitos... Al revés. Él sabe que los regalos se dan por el cumpleaños y cuando viene Papá Noel (en casa de mi familia) y los Reyes Magos (en casa de la familia del Sr. Átomos). Y él mismo se autocontrola y después de pegar su naricilla en el escaparate de la tienda juguetil de turno, nos dice "quiero ese autobus... por mi cumpleaños". Y ahí queda la cosa. Ésto me enternece porque no deja de ser un niño de 3 años, así que más de una vez le he comprado lo que pide. Nunca con él ni al instante, sino que he vuelto a la tienda y me he inventado un premio porque se ha quitado sólo la ropita, o porque se ha lavado las manos al volver a casa o porque no ha dicho palabrotas (sí, los niños de 3 años dicen palabrotas, no estoy segura de que sepa exactamente lo que está diciendo, pero lo dice).

Y es que Átomos jr. tiene más juguetes que tiempo. De hecho, siempre guardo las cajas para poderlos dar al cabo de algunos meses cuando la situación se hace físicamente insostenible y se convierte en una guerra de guerrillas entre sus juguetes y nosotros. Éso por no hablar de los juguetes que todavía siguen en sus cajas y sin abrir desde la pasada navidad (estamos hablando de medio año...).
Sabiendo, pues, que juguetiland es una tierra en la que habitaremos por algún tiempo, siento debilidad por los cachivaches autoconstruídos como el que hicieron él y el Sr. Átomos el pasado invierno: un castillo con la caja del Mac que nos compramos cuando se nos murió (DEP) nuestro portátil querido. Se pasaron todo el día dibujándola y pintándola y aún hoy juega con ella. Además, se dobla y se mete en cualquier sitio porque no deja de ser un trozo de cartón. Por eso me ha parecido una idea brillante este viper, que vamos a construir en cuanto tengamos los rollos de cartón de papel higiénico necesarios. Ejemplo de que no hace falta tanta juguetilandia enlatada cuando se pone en práctica el músculo de la imaginación. Lo que es intolerable es que le hayan sacado la cabellera al click, pobrecito. Ya os explicaré cómo nos queda, porque es proverbial mi falta de pericia con las manualidades, pero bueno, la intención es lo que cuenta y Átomos jr ha heredado el virtuosismo manual de su padre.


jueves, 10 de junio de 2010

Las joyas de la corona

El otro día ví en el CCCB Atopía. Arte y Ciudad en el siglo XXI una expo que giraba en torno al concepto de atopía, que quiere decir literalmente, a-topos, “sin lugar”, “desubicado”, pero que también tiene un significado médico, que define la tendencia genética de ciertas personas a padecer alergia a sustancias inocuas para la mayoría de la población.

Atopía, por tanto, pretendía reflejar el sentimiento de alienación de la persona durante la primera década del siglo XXI; una alienación que difiere de las fantasmagorías opresoras retratadas por Kafka, puesto que ahora se halla vinculada a un padecimiento íntimo producido por la incapacidad para encontrar el espacio propio en un mundo global que fascina y repele al mismo tiempo y que está immerso en una vorágine consumista que engulle en su espectacularidad vacua y fastuosa.

En uno de los ámbitos de la expo, La ciudad sin habitante, se presentaba una realidad abrumada por la fisicalidad de los espacios, en la que los objetos, las formas arquitectónicas, asumen el protagonismo e integran a los seres humanos como puros elementos decorativos. Una de las obras que me llamó poderosamente la atención fue la de Carlos Garaicoa. Se trataba de deliciosas y complejísimas joyas en plata pura, muy pequeñitas, con formas que no ví bien hasta que prácticamente estaba encima de las vitrinas que las albergaban: las joyas realizadas con aquel primor y perfección eran reproducciones en miniatura del Estadio de Chile, la KGB, la Stasi, la Base Naval de Guantánamo y el Pentágono, entre otros emblemas del totalitarismo. Así que las joyas, a priori delicadas, hermosas, símbolo usado en medio mundo para demostrar el amor, habían tomado de repente un significado completamente distinto y con ellas se hablaba del horror en estado puro. Eran edificios consagrados a la represión, a la tortura y a la muerte. El simbolo del amor se había convertido de repente, delante de mis ojos y con sólo avanzar unos pasos, en símbolo del horror, pero seguía siendo tan bello, tan puro formalmente que parecía como que dentro de esos edificios espectaculares, dotados del brillo intenso que les otorgaba la plata, no podía haber sucedido nunca nada macabro. Ese vuelco repentino de significado, mental y emocional al que nos obliga el autor, Carlos Garaicoa, es maquiavélico pero efectivo. Aún hoy, semanas después, sigo dando vueltas a esta obra y a como lo más bello se puede transformar al momento siguiente en horripilante.




miércoles, 9 de junio de 2010

Fiesta made your self: kid's style


26 de julio. Pleno verano. Calor. Prima lo práctico y más teniendo en cuenta que son niñ@s de dos años, pero sin descuidar que es un día muy especial.

Átomos Jr. lleva pantalones cortos con tirantes y una camisa blanca de manga corta. Todo de Neck and neck, y zapatos Pom d'Api . Todo regalito de su madrina. ¡Uno más!

Paula. Vestido hecho a mano con punto de abeja en pectoral, de Bebel (Tarragona) y merceditas de Landos

Los zapatos de Átomos Jr, de Pom d'Api

Las agujas de oro mate con el nombre de los niñ@s en esa tipografía tan bonita fueron un regalo de mi hermana y de su marido. Diseño de Jordi Borras Joiers. Me encantaron. Y la cajita que las albergaba es tan especial, de plástico transparente donde se prende la aguja por compresión rodeada por un marco negro, que la hemos puesto con la agujita dentro en la pared de la habitación de Átomos jr, al lado de su incipiente colección de dibujos, como un cuadro más, recuerdo de un día maravilloso.

La aguja en oro mate con su nombre















Fiesta made your self: déco

Éste es casi el final de un día mágico, una fiesta hecha a mano para l@s nuestr@s, donde pusimos mucho cariño y muchas ganas, y en la que nos lo pasamos rebien cuando vimos el resultado y las caritas de felicidad de l@s homenajead@s. Pero empezemos por el principio, a las 6 de la tarde...

Detalle de la capilla donde se bautizaron, en la Iglesia de Altafulla

Detalle de la vela de bautizo, confeccionada por un artesano de La Font de Gaià

La iglesia de Altafulla donde bautizamos a Átomos Jr y a Paula está dedicada a San Martín. Se construyó entre 1701 y 1705 en estilo neoclásico y aunque sufrió graves desperfectos durante la Guerra Civil conserva todavía un retablo barroco de 1745. Está en medio del pueblo medieval, la Vila Closa, apartada de la playa o Baixamar, como la llaman los lugareños, que queda en la parte baja. El pueblo es encantador y sin duda es uno de los más bonitos de la Costa Dorada. Abundan las casas señoriales, los portales blasonados, los restos de muralla y en la cima, el castillo de los marqueses de Tamarit. Aquí no han llegado las edificaciones mastodónticas ni la construcción a toda costa, con lo que Altafulla es uno de los últimos reductos a pie de mar arquitectónicamente respetuosos y diseñados con cabeza y corazón.

Detalle de lima con rollito sushi de clavel verde, el centro que pusimos en las mesas buffet

Las flores
Nos imaginábamos algo muy natural y las chicas de Oxalis Taller d'Art Floral hicieron diana con sus diseños. Para la piscina crearon una superficie flotante donde se inquibió una vela de grandes dimensiones que habíamos comprado nosotras, junto con las velas para las mesas, rodeada por 2 hojas de aralia y 5 rollitos “sushi” de germinias (3 unidades en rosa claro y dos unidades en granate). Los centros para las dos mesas buffet se hicieron partiendo de una estructura de salix verde con limas y 5 rollitos “sushi” de claveles verdes absolutamente sorprendentes (no sabía que existieran los claveles de ese color?!). Los centros de las mesas de
invitados se hicieron a partir de una vela redonda y blanca como la de la piscina, sólo que adecuada al tamaño de la mesa, con gerberas de color granate y rosa, y hojas de palmera.

Detalle de rollito con gerbera granate

El centro de piscina con base de hojas de aralia y suhi de germinias rosas y granates. La vela era translúcida y la mecha se consumía hacia dentro, con lo que a medida que anochecía se iba convirtiendo en un precioso punto de luz flotante

Las velas

La idea era que la luz de las velas fuera la única que hubiera a medida que anocheciera, y lo conseguimos, con la ayuda de una guirnalda que confeccionamos con lámparas redondas de papel de arroz de Ikea, y que ejerció de luz de apoyo a la cálida luz de las velas. Además eran tan parecidas que hubo invitados que pensaron que se trataba de velas aéreas.

Las velas, blancas y redondas, sencillas, tenían doble rol, por una parte ejercer de complemento de la mesa junto a las flores, y por otra parte estaban pensadas, como os he explicado, para ejercer de lámparas naturales al anochecer puesto que el material que escogimos era translúcido. Lo bueno es que la velas son completamente redondas cuando se encienden, pero después, a medida que la mecha se va consumiendo, se va creando luz en la cavidad de la vela, así que se va convirtiendo en un punto de luz precioso y sin miedo a que un golpe de aire la apague. Además, al consumirse hacia dentro no ensucia nada y después de casi 10 horas encendidas todavía seguían espléndidas. Las compramos en Cereria Subirà, que es la cerería más antigua de Barcelona, abierta desde 1761 y regentada aún hoy por la misma familia.

Hossein con polo negro y las iniciales de los peques bordadas en blanco, fue el artífice del magnífico té de menta, que acompañamos con pastas árabes (gula total) al final de la velada. En la mesa se aprecia la estructura de salix verde que la atraviesa, con limas y rollitos sushi de claveles verdes. Los recipientes para refrescar las bebidas son simples macetas. Detrás, la guirnalda de banderines made we self.

Vista de una de las mesas de invitados

El textil: guirnaldas, manteles, fundas de sillas y polos
Con la misma mentalidad made your self con la que orientamos buena parte del catering, diseñamos los avalorios textiles, todos de Magatzems Can Joan, (Passeig Miramar s/n Telf. 977644243, Torredembarra)

Alquilamos ocho mesas redondas para ocho personas cada una y dos mesas alargadas de buffet, a parte de las 50 y pico sillas. Todo estaba bastante desgastado pero no se notó ni un átomo gracias a los magníficos manteles blancos de piqué que nos hicieron a medida en Magatzems Can Joan, una tienda donde puedes encontrar todo para el hogar, desde cortinas a sábanas, pasando por colchas, toallas, preciosos manteles, y un sinfín de cosas lindas igual que las encontrarías en las mejores tiendas de las grandes ciudades sólo que a un precio que no tiene nada que ver, y donde la profesionalidad y el buen hacer son firmas de la casa (soy super fan, sólo les falla que aún no tienen página web, pero sé que están en ello).

Hicimos unas guirnaldas larguísimas de banderines con retales de colores y estampados diferentes que luego colgamos en el jardín. Un toque festivo, baratísimo y muy fácil de hacer (sobre todo si tienes máquina de coser) ¡Gracias Pepi! Aunque también podeis unir los banderines con pegamento para tejido. La verdad es que lucían preciosas y siguiendo la filosofía del reciclaje, al ser de tela las podemos reutilizar para próximas celebraciones.

Como ya he dicho, también nos hicieron a medida los manteles, de piqué blanco, y las servilletas, que aderezamos con una ramita de olivo del árbol del jardín y las rodeamos con cuerdecita fina de paja. Y alquilamos las fundas de las sillas, que dieron trabajo de plancha (¡gracias tata, por ésto y por todo lo demás!) pero que lucieron estupendas.

Por otra parte compramos unos polos negros para las cinco personas que nos ayudaron a que la fiesta fuera un éxito y bordamos en blanco las iniciales de los peques "P&A".

Detalle en la servilleta de piqué blanco: una ramita del olivo del jardín, rodeada con cuerda de paja

Los regalos para los invitados
La madrina de Paula, que es la propietaria de la tienda dedicada al aceite de oliva
Oro Líquido nos hizo un regalo muy bonito que nos emocionó. Ana nos surtió de una vela para cada uno de los invitados con un pakaging delicioso y con el nombre y la fecha del bautizo en un diminuto díptico. Cuando lo abrías el pequeño librito que las acompañaba, se leía una dedicatoria a los que ya no estaban que aún hoy me emociona recordar. Y también se encargó de que en cada mesa hubiera varias botellas de aceite de oliva virgen extra, para aderezar el pa torrat que se iba tostando en la barbacoa.

También hicimos un punto de libro como regalo a los invitados y que no dejaba de ser una foto plastificada a cara y cara de los peques (de frente y besándose) con el día y el lugar del bautizo, que dimos a los invitados
junto con una cajita de las clásicas peladillas blancas.

La vela, uno de los regalitos para l@s invitad@s

El punto de libro, otro de los regalitos


La música
Este apartado fue íntegramente diseñado por el Sr. Átomos, que hizo una lista de itunes de horas y horas con música que se iba haciendo más tranquila a medida que llegaba la noche: Stan Getz, Nina Simone, Leonard Cohen, H.Mancinni, Portishead, Césarea Evora, Madredeus, Radiohead, y un largo etc.



lunes, 7 de junio de 2010

Fiesta made your self: comida

En verano bautizamos a Átomos Jr y a Paula, su primita, a la que adora. Él ya tenía dos años y medio y ella dos, así que disfrutaron de lo lindo de un día exclusivamente para ellos. Os quiero explicar cómo lo organizamos y para ello subiré varios posts dedicados a la comida, a las invitaciones, a lo detalles y a los estilismos de los peques.

Todo fue muy rápido, había un hueco en la iglesia de Altafulla, un precioso pueblo medieval de la costa de Tarragona con apenas un mes de antelación, así que tuvimos que correr bastante para tenerlo todo a punto el gran día.

Tanto los padres de Paula como nosotros teníamos bastante claro lo que queríamos y lo que no, así que organizarlo fue sencillo y muy divertido, aunque trabajamos a contrarreloj para que todo saliera requetebién.

De entrada reducimos invitados para que entre todos no fuéramos muchos más de 50 personas, casi todos familiares. Queríamos algo íntimo pero que estuvieran aquéllos que nos importaban. Teníamos claro que no queríamos una fiesta en un restaurante así que mi hermana y su marido se avinieron encantados a hacerla en su casa, que cuenta con un jardín muy bonito y suficientemente amplio, y una piscina que refrescaría el ambiente en pleno verano.

Decidimos que los entrantes no los haríamos nosotros, y el catering escogido fue el de Cal Blay, gente muy profesional y cálida que no descansaron hasta hacernos una propuesta que nos encajó (¡teniendo en cuenta el segundo plato que habíamos ideado!) y nos asesoraron en los detalles gastronómicos.

El menú de entrantes fue el siguiente:

* Cubitos de ensalada de habitas
* Cubitos de esqueixada de bacalao
* Cucharita de ensaladilla rusa
* Dados de salmón marinado
* Broquetas yaquitori
* Minitaten de manzana con foie
* Surtido de atillos de gamba con pesto, espinacas con pasas y piñones, y pato con alabaricoque
* Caramelitos de fuet
* Surtido de canapés de anchoas, roquefort y salmón

Y nosotros añadimos jamón ibérico, queso y unas piruletas de butifarra muy graciosas que encontramos por casualidad el día que fuimos a buscar las bebidas y la vajilla, que compramos en color beig y granate que casarían bien con los flores que escogimos. La vajilla era de porcelana rústica puesto que pensamos que siempre nos serviría para futuras celebraciones y así no generábamos tanta basura de plástico.

Bebidas:
Agua Antiol
Cocacola, limonada y bitter
Vino blanco El perro verde
Vino negro Ca n'Estruc
Cava Pere Rius
Té de menta
Licores

Los vinos eran de la Vila Viniteca del Born. Son vinos propios, y por propios me refiero a que los dueños de la Vila Viniteca son los dueños de ambas cosechas. Personalmente El perro verde lo encuentro delicioso.
Detalle del minitaten de manzana con foie y las broquetas yaquitori

Detalle del surtido de canapés de anchoas, roquefort y salmón

El segundo plato salió directamente de la barbacoa del jardín previo paso del dueño de la casa por la Carnicería Morell (en un pueblecito de Lleida llamado Montgai, entre Agramunt y Balaguer) donde crían ellos mismos a los animales, y se nota. 1 1/2 cordero, 3k de chistorra, 3kg de butifarra 12 butifarras negras y 1.5kg de tocino. ¡Ah! y 8 kg de pan ¡Gracias, Juan! Nos encantaba el contraste entre la sofisticación de los entrantes y lo rústico de la carne. Además de estar simplemente exquisita, conseguíamos ese ambiente natural y festivo pero nada engolado que estábamos buscando. El toque final lo puso mi hermana haciendo un allioli para chuparse los dedos. La carne se acompañó con champiñones y un smashing potatoes.

El postre también lo realizamos nosotros: helados de coco y helados de mango de la Gelatteria Italiana con trocitos de piña natural y macarons de pistacho, frambuesa y trufa.

Y por fin: El Pastel, realizado por L'Obrador, una pastelería artesanal de El Vendrell. Era tipo sacher, de biscuit tierno con confitura de frambuesa y baño negro de cacao con frutas silvestres.

El magnífico pastel sacher de L'Obrador del Vendrell

Una buena idea, nos sirvieron un pastel precioso y exquisito, de unas dimensiones
discretas y entero para que l@s niñ@s hicieran los honores, y paralelamente
dispusimos de los trocitos de un pastel idéntico perfectamente cortados para que l@s
invitad@s no tuvieran que esperar

Los vasitos de té con menta que degustamos con las pastas árabes

Huelga decir que la fiesta se prolongó hasta bien entrada la madrugada y l@s niñ@s disfrutaron de lo lindo. Pero ésto no hubiera salido tan bien sin la ayuda de Hossein, Ali, Omar, Joana y Sandra orquestados por el gran maestro de ceremonias (y papá de Paula) Jean.

Caffe dell'arte

¿Quién no ha jugado alguna vez a encontrar formas en las nubes? Es un juego que aún hoy me encanta y que empiezo a practicar con Átomos Jr., como el de contar los números de las matrículas o no pisar las superficies metálicas del suelo por donde ando. Por eso me han parecido tan divertidos estos dibujitos en la espuma del café.

Este lunes, que está resultando muy lunes, seguro que sería más llevadero si me hubiera encontrado en la crema del primer caffe latte de la mañana unas creaciones como éstas. La del mono es genial, y además empiezas el día con una sonrisa. ¡Os deseo un buen comienzo de semana!