martes, 15 de junio de 2010

El poder del anillo

Tengo una amiga que adora los anillos, tiene una colección fascinante de cientos de ellos; elegantes, extremados, coloridos, mates y brillantes, anchos y estrechos, con formas y uniformes. Siempre lleva alguno con el que nos sorprende y la verdad es que forman parte de su estilismo, en la misma jerarquía que los zapatos o el bolso. Mayte es más Mayte que nunca con un anillo puesto, y su regalo para mi último cumpleaños fue un anillo doble (madera/plata) de Armani precioso.

A mí también me encantan los avalorios: pulseras, anillos, collares, horquillas, broches... sólo que nunca encuentro el momento de ponérmelos y mucho menos de combinarlos, a lo sumo un anillo (con el que me regaló Mayte, triunfo) o algún collar. En realidad creo que lo que me gusta es mirarlos en mi cajón de las maravillas, donde guardo desde el anillo que un primer novio de adolescencia me hizo con un alambre hasta el broche de hilo de oro que me compré en una tiendecita vintage de Móntreal. Me gusta mirar mis cachivaches joyísticos, casi todos con más valor sentimental que otra cosa, como una entomóloga observa su colección de mariposas.


Y es muy probable que esta joyita de Jeremy May hecho con cientos de hojas de libros laminadas y barnizadas fuera uno de mis favoritos. La historia está literalmente escrita en el anillo. Aunque no sé si estoy tan deacuerdo con el hecho de que se utilicen joyas de la literatura universal, por el mismo precio se podrían hacer con libros o revistas de escaso valor, no?


Lo ví en la galaxia Monkeizen





















2 comentarios:

maba dijo...

curioso lo del anillo!

y qué mono el viper!!!

besos

formentera dijo...

Hola de nuevo Maba, qué tal todo? Lo del viper lo tenemos que hacer, eh! Me encanta encontrarte por esta galaxia. Muakiss!