De entrada, empecemos por desterrar viejos tópicos: comimos delicioso. En cuanto llegamos al apartamento, en Queensway -encantador, limpio y lo más plus: ¡con suelo de parket y no de moqueta!- fuimos a Whiteley's, unos almacenes próximos donde Muji tiene curiosamente un outlet. A parte del omnipresente Mark&Spencer food había un supermercado deli, Inc.Food, que ocupaba la zona central de la primera planta. Compramos hortalizas, lichis y melón, pescado, carne y yogures griegos, porque tienen que ser griegos, para A. -me deja perpleja cómo a un bebé de seis meses, que es la edad que tenía cuando empezó a tomarlos, le puede gustar tantísimo un yogur griego y ¡sin azúcar! Y para nosotros: pan, mantequilla, confitura de gengibre -ummm-, leche, café y algo de jamón, para los desayunos. Hummus, crakers y quesos - stilton incluído- deliciosos, vinos blanco y tinto, salmón y pasta, para las cenas.
Una vez proveídos para nuestros ágapes domésticos, el periplo gastronómico por Londres ha sido espléndido, fruto del acierto en todas y cada una de las decisiones de MGM&Javivi. ¡Dieron en la diana un 100% de las veces!
En una anterior entrada ya he hablado del Eagle Gastropub, en Farringdon Road, tan repetible como todos a los que fuimos después: un chino delicioso, de ésos donde ves cómo el cocinero trabaja en el escaparate en una micrococinita llena de patos laqueados -que luego comprobaríamos que eran deliciosos-. Está en Queensway, casi enfrente del Royal China, que dicen que es el mejor de Londres, pero cuando pasamos estaba vacío y era bastante lúgubre, y optamos por éste que estaba llenísimo de chin@s que digo yo que saben más sobre la calidad de su comida; también fuimos a Testi, un turco con especialidad en comida de Anatolia relativamente cercano a Shoreditch (38 Stoke Newington High Street), en el que no nos pudimos acabar los platos, exquisitos, por otra parte-; y a un par de pubs, uno de ellos el Market Porter, en Park Street justo delante del Mercado de Borough, donde pedí un cordero para chuparse los dedos y un mash potato sabrosísimo. Esa zona, tan cercana a la Tate, me encantó y le compré a A. su primera camiseta Paul Smith en una tiendecita adorable de cachivaches y alguna ropa casual escogida, con fachada verde london y en la misma calle Park Street.
En una anterior entrada ya he hablado del Eagle Gastropub, en Farringdon Road, tan repetible como todos a los que fuimos después: un chino delicioso, de ésos donde ves cómo el cocinero trabaja en el escaparate en una micrococinita llena de patos laqueados -que luego comprobaríamos que eran deliciosos-. Está en Queensway, casi enfrente del Royal China, que dicen que es el mejor de Londres, pero cuando pasamos estaba vacío y era bastante lúgubre, y optamos por éste que estaba llenísimo de chin@s que digo yo que saben más sobre la calidad de su comida; también fuimos a Testi, un turco con especialidad en comida de Anatolia relativamente cercano a Shoreditch (38 Stoke Newington High Street), en el que no nos pudimos acabar los platos, exquisitos, por otra parte-; y a un par de pubs, uno de ellos el Market Porter, en Park Street justo delante del Mercado de Borough, donde pedí un cordero para chuparse los dedos y un mash potato sabrosísimo. Esa zona, tan cercana a la Tate, me encantó y le compré a A. su primera camiseta Paul Smith en una tiendecita adorable de cachivaches y alguna ropa casual escogida, con fachada verde london y en la misma calle Park Street.
El Mercado de comida de Borough es sin duda, el mejor mercado de comida de Londres. Congrega a los apóstoles de la alimentación orgánica y a los gourmets más exigentes -ahí, dicen, compra el cocinero inglés más famoso, Jamie Oliver-. A cubierto, aprovechando la estructura metálica del viejo mercado, el Borough se encuentra en el lado sur del puente de Londres, también llamado Southwark, y abre los viernes -de mediodía a 18.00- y los sábados -de las 9.00 a las 16.00-. La calidad de los productos salta a la vista en cada puesto, donde domina siempre la apuesta por la comida orgánica. Conviene acercarse ahí pasado el mediodía, pues el ajetreo es constante, y la mezcla de olores y sabores nos hace la boca agua. Los oficinistas de la zona esperan pacientemente para conseguir una sidra natural o un sándwich, pongamos, de pavo con mermelada de arándanos. A su alrededor proliferan las tiendas del mismo tipo, abiertas toda la semana.
Mención aparte merece Seiryokasen, de donde procede la foto de la entrada, la más exquisita y deliciosa pastelería japonesa con la que mis sentidos se hayan solazado jamás. La favorita de MGM&Javivi y un tesorito escondido, a pesar de que está en pleno centro, no sé si muy conocido. Un dulce jardín japonés en medio de Oxford street.
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