Qué grandes son los de FAO Schwarz. Se les ha ocurrido la mejor idea que he visto en mucho tiempo: producir el muñeco de nuestros sueños, o ese que dibujamos aburridos en el trabajo. La cosa es muy sencilla, les envías tu monigote o el que dibuje tu hij@ o sobrino y ellos te lo convierten en un muñeco de trapo. “Si puedes dibujarlo, nosotros podemos construirlo”, lo dicho, qué grande.
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